La puerta
de vidrio que da a la calle principal se abra automáticamente al medio
detenerme frente a ella, salgo forzando las hojas de la puerta con la mirada
puesta hacía los postes, pero la luz intensa del lobby de la recepción me
impide ver con nitidez, me toma unos segundos enfocar las imágenes que están
frente a mí.
Camino
apresurado intentando dar unos pasos casi trotando sin dejar de mirar a los dos
primeros postes que están cerca. Me detengo dando unos pasos de más y camino
con más calma y miro, ahora desde la calle donde la visión es distinta a cuando
estaba allá arriba en mi balcón.
Y ahí
estaban, los dos seres que no sabía a ciencia cierta si se estaban abrazando o
él la aprisionaba queriendo asfixiarla. Avancé hacía ellos poco a poco para
saber bien que estaba sucediendo, y continúo dando pasos cortos casi imperceptibles,
me acerco y la luz que pega del piso rebota con más luminosidad hacia ambas
figuras. Ahora las veo con más claridad…
El viento
helado corre entre mis manos y mis orejas comienzan a congelarse, y mientras
comienzo a frotármelas con el calor que intento sacar de mi boca, escucho la
voz triste: te estuve esperando todo el otoño y ahora que llegas debo
despedirme en el poco tiempo que me queda…
.- Mi
paso también será por poco tiempo, tú lo sabes.
.- Si,
pero yo siempre espero tu llegada para despedirme ya que no puedo irme sin
verte antes…
.- Jamás
me he acostumbrado a estos encuentros fugaces.
.- No podemos hacer más…
.- La
maldición de nuestro amor no la romperemos jamás, pero siempre vendré unos días
antes que te marchas para luego quedar en solitario.
.-
Abrázame fríamente con el calor de tu amor…
.- Te amo
aunque me sientas frío, te amo aunque nos volvamos distantes, pero estos pocos
días son suficiente para soportar el tiempo en que vuelva a verte.
.- El
viento ya viene por mí, tu llegada le avisa que debe pasar a buscarme… ¿Nos
veremos en la próxima temporada?
.-
Seguro, y vendré ansioso como siempre…
Mis
lágrimas querían brotar para correr por mis mejillas, al escuchar este dialogo,
y cuando pensé en dejarlos solos sopló un viento algo fuerte y en ese momento la
pareja se besó tiernamente mientras la brisa levantaba a la mujer que se desvanecía
confundiéndose con el frío.
El hombre
se quedó cabizbajo recostado del poste. Miré su tristeza al quedarse solo,
sentí pena. Metí las manos en mis bolsillos para irme de nuevo a mi apartamento
y al dar los primeros pasos comenzó a caer las primeras y pequeñas estrellas de
nieve… ha llegado el invierno.
Excelente me encanta que te dediques a escribir. Solo te falta sembrar un arbol
ResponderBorrarSúper...la historia esta interesante tío... Excelente
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