Con la luz de la mañana recreo mi mente. Recreo mis
pensamientos sabiendo que tendré otra oportunidad de vivir junto a ti. No es
solo ese instinto de entenderte cada vez que intentas decirme algo, sino
también que con tus intensos y alegres ojos mi vida es radiante. Y el calor del
amanecer, y el olor del nacimiento de este nuevo y continuo amor, llega a mí una
clara posibilidad de comenzar…y entonces comprendo una vez más el sentido de la
existencia.
Nunca imaginé estar tan ilusionado a tu lado,
volver a sentir la ternura para este nuevo querer. Un momento más contigo es
tener la eterna juventud pues, con tus gestos solo puedo decirte cuanto te
quiero y, con la constante dedicación hacia ti lograré que me digas cuanto me quieres.
Deleitarme contigo es tener de nuevo ese recuerdo juvenil con el cual me
contagias y me haces delirar en lo más recóndito de mí ser. Mi alma es más
feliz con cada abrazo tuyo, con cada beso tuyo y con qué tan sola salga una
sola sílaba con tu voz es suficiente para entender que aunque muera estaré
siempre en tus recuerdos, en tu mente y en tu corazón. Ya puedo decir que somos
uno, que naciste para mí y que jamás sentirás la antología de negarme, pues
todo lo que hago es ahora para ti, y sé que te enorgullecerás de decir que tu
eres yo, sin dejar nunca de ser tu.
Cuando duermes a mi lado me doy cuenta que
eres un verdadero ángel, mi ángel. Ese ángel con el que todos soñamos, que
nunca vemos pero siempre está a nuestro lado, y quizás por eso simplemente nos
sentimos felices sin ninguna razón aparente... Ahora ya caminamos agarrado de la
mano, sin miedo, cuidándonos, midiendo cada paso que damos como quien tiene
temor a caerse, pero con el entusiasmo de querer correr sin detenernos, en
momentos como estos, sencillamente pienso cuanto te quiero.
Me emociona cuando estamos en la mesa y
acerco a tu boca con devoción y cariño la comida, y me miras, y me sonríes, y
sé que estas feliz porque estoy a tu lado. No dices nada pero sé que me
quieres, y en ese momento pienso cuanto te quiero. Y el tiempo pasa, y los
momentos se hacen eternos, cuanto más tiempo menos tiempo y en aquel tiempo
esperare al final del camino labrado el instante en que puedas decirme “te
quiero….abuelo” y ese será uno de los momentos más felices de mi vida. Y
sabremos definir entonces porque eres mi nieto y yo tu abuelo.
Excelente lectura. El 10% de ser bloguero lo hace la vocación, el otro 90% la paciencia. Éxitos!
ResponderBorrarGracias amigo, espero seguir teniendo sus opiniones y sugerencias
ResponderBorrarBello y tierno Henry, saludos!
ResponderBorrarGracias amiga Teresa, es un gran halago viniendo de una profesora de Literatura!
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