viernes, 22 de abril de 2016

NOCTALGIA (Parte II)

Era un sonido inaudible, ¿pero como puedo escuchar algo que no se escucha? Aun siento que ese sonido viaja a mis espaldas, trato de no prestarle atención pero se me hace imposible, volteo para descifrarlo en la oscuridad y logro ver un espesor como de respiro. Respiro profundo y aumento la capacidad de ver pero al mismo tiempo el miedo se apodera de mi mente ante lo desconocido, recuerdo todas los cuentos de terror de cuando era niño y de todas las novelas de suspenso  que me he leído con entusiasmo, y mi susto comienza a ver cosas que intentan moverse de entre las paredes.
Vuelvo a suspirar para intentar calmarme y poner mi mente en blanco…y recuerdo en lo blanco que aún continúa la hoja de papel y sonrío, y con esa sonrisa me di cuenta que esa sensación no la tenía desde hace mucho tiempo, que había perdido la capacidad de sonreír por todos esos entorno de la vida que nos somete para vaciar nuestra alma y depositarla en un estercolero que nos hunde hasta el cuello y nos amarga la existencia. ¡Dios! Logro exclamar sin que el sonido se esparza por la habitación, y vuelvo en un intento más de escribir pero ya el  lapicero casi no lo siento entre mis dedos, debe ser por el frío de la noche pensé. Suelto el lapicero para frotarme las manos y darme un poco de calor cosa que al parecer no surte efecto y me inclino para poner mi cabeza sobre la mesa y comienza a darme vuelta de nuevo, esta vez sin tener muchos pensamiento en mi mente.
Me repongo en lo que creo es mi postura de escritor y miro el reloj que con su opaca incandescencia de color rojo me indica que ya son las dos de la madrugada. Como pasa el tiempo me dije, pero para mí no ha sido rápido ni lento el pasar de ese tiempo, me pareció normal porque ya me ha pasado en las noches anteriores a esta. Empiezo a sentir como una calma en mi interior que me indica que ahora si voy a comenzar a escribir y un dejo de alegría entra en mi ser, en mi esencia.

La postura de calma me hace respirar con una confianza de posible paz hasta que de seguro, mi angustia volverá a pasar por el inicio de mi escrito. Un soplido pasa por mis oídos que me hiela la sangre, miro hacia la ventana y a parte de la oscuridad del exterior de mi hogar me doy cuenta de que la ventana está cerrada y se cierne en mí una serie de dudas que razonables o no siguen siendo dudas…
Continua...
Henry Martínez.-

No hay comentarios.:

Publicar un comentario